SEMANA # 7
SÍNTESIS ESPACIOS PÚBLICOS
Espacio público es el lugar donde cualquier persona tiene el derecho de circular, en oposición a los espacios privados, donde el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros. Por tanto, espacio público es aquel espacio de propiedad pública, dominio y uso público
En cuanto al uso, el espacio público es el escenario de la interacción social cotidiana, cumple funciones materiales y tangibles: es el soporte físico de las actividades cuyo fin es “satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses individuales”. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad.
El espacio público abarca, por regla general, las vías de circulación abiertas: calles, plazas, carreteras, parques, así como ciertos edificios públicos, como estaciones, bibliotecas, escuelas, hospitales, ayuntamientos u otros, cuyo suelo es de propiedad pública.



ESPACIOS PRIVADOS
Espacio privado, se define no sólo como aquel sobre el cual ejercen dominio, mediante su propiedad, un grupo o persona determinada, sino como una especialidad que tiene características diferentes y que esta compuesta en primer lugar del espacio individual, que proporciona la intimidad y cuyo acceso es prohibido (negativo), limitado, como la vivienda bajo su más estrecha acepción: el techo. Bajo ésta dominación se incluyen además todas aquellas especialidades que tienen un acceso limitado por la propiedad del mismo y nos referimos a lugares de trabajo, oficinas, fábricas y en general todos aquellos espacios sobre los cuales existe un estricto control por parte del interés particular.



SÍNTESIS ESPACIO PRIVADO
En él, tanto las características fisico-arquitectónicas como las normas de uso posibilitan a la vez que constriñen la actividad actuando como dos facetas que transaccionan sobre una misma unidad. Las personas y grupos interpretan y reinterpretan constantemente esa unidad, significándola para cada ocasión, para cada momento concreto creando así configuraciones contextualizadas escenarios para el comportamiento, para la relación.
En el trasfondo de esta reflexión se hallan algunas ideas claves de la psicosociología del entorno. Por un lado, la definición del ser humano como un ser eminentemente social, que crece y desarrolla su identidad a partir de la interacción con sus semejantes. Por otro lado, posicionamientos recientes están reinterpretando el papel de los entornos físicos en este proceso.
De esta forma, el entorno no es meramente el escenario donde se inscribe la interacción social (como mantenía, por ejemplo, el enfoque dramatúrgico de Goffman) sino que es considerado como un elemento más de la interacción. En tercer lugar, perspectivas como el transaccionalismo en psicología ambiental (Stokols, 1987) abogan por romper definitivamente con los determinismos a ultranza que han imperado en el estudio de las relaciones entre el ser humano y el espacio construido.
Ni el ser humano determina unívocamente el entorno en el que se desarrolla ni el espacio hace lo propio en relación con el comportamiento de las personas.
El concepto de privacidad Un punto de partida necesario consiste en establecer el marco conceptual de la privacidad , o al menos destacar aquellos aspectos que adquieren mayor expresión y sentido en la vida urbana. Posteriormente abordaremos algunas paradojas en cuanto a la concepción de lo público y lo privado en el espacio y la vida urbana.
Este control selectivo puede entenderse desde dos vertientes: control de la propia interacción social y control de la información ofrecida durante la interacción. Lo que resulta interesante de la propuesta de Altman es que la privacidad no debe definirse únicamente en términos de aislamiento, reclusión o exclusión. Según el modelo dialéctico del autor, para cada situación una persona establece el grado que considera óptimo de acceso de su yo a los otros, constituyendo lo que Altman denomina de la privacidad. En definitiva, una adecuada privacidad resulta del equilibrio entre el grado de privacidad deseado y el realmente obtenido, y estos dos aspectos son definidos por cada persona en cada situación concreta de interacción y regulados por múltiples mecanismos de carácter verbal, no verbal, sociocultural y, por supuesto, espacial.
Alcanzar siempre este grado óptimo de privacidad resulta ciertamente difícil en nuestras grandes ciudades donde la vida urbana hace que nos volvamos "ciegos y sordos" en relación a los demás y, ante las innumerables oportunidades de interacción, restrinjamos ésta a ámbitos cada vez más acotados y específicos. Hasta tal punto la complejidad urbana mediatiza y, paradógicamente, constriñe la relación espontánea entre las personas. Aquí uno no puede dejar de pensar en algunos modelos psicosociales francamente sugerentes
Ciertamente, la complejidad social de nuestras ciudades conduce a que numerosos grupos con diversas motivaciones y necesidades espaciales deban coexistir, convivir y compartir el espacio urbano. Es precisamente esta diversidad la que hace de este espacio un entorno altamente dinámico, vivo, plurifuncional y fascinante. Pero también, a menudo, un lugar donde el conflicto de intereses y actividades se revela bajo manifestaciones más o menos latentes, donde las diversas interpretaciones del entorno, las diversas manifestaciones territoriales, los diversos significados ambientales entran en competencia.
El espacio público es, radicalmente, un espacio para todos pero el significado espacial es, radicalmente, idiosincrásico de las personas y grupos que se relacionan con él. Y, obviamente, no todas las personas y grupos interpretan de igual forma el espacio urbano. La excesiva estandarización del diseño urbano imperante en nuestras ciudades trata, en una línea diametralmente opuesta, de fijar usos y estéticas tanto en relación al espacio público como privado: los mismos tipos de plazas, los mismos bancos, las mismas viviendas. Sin embargo, esta normativización, más funcionalista que vivencial, olvida algo esencial. El derecho a la ciudad no es tan solo el derecho a usarla, sino también el derecho a interpretarla, a identificarnos con ella, a apropiarnos de sus espacios, a "privatizar" lo público y a "publicitar" lo privado, y ello de manera fluida, espontánea, creativa. Paradógicamente, ahí se encuentra no el conflicto sino la recuperación del espacio urbano como espacio vivo
MAPA CONCEPTUAL ESPACIOS
PÚBLICOS Y PRIVADOS

MAPA CONCEPTUAL ESPACIOS PRIVADOS
DIBUJO ABSTRACCIÓN DE ESPACIO PRIVADO

DIBUJO ABSTRACCIÓN DE ESPACIO PUBLICO

MAQUETA ESPACIO PRIVADOS
El espacio privado corresponde a el ámbito individual del habitar familiar : se constituye en la unidad espacial de la vivienda y jurídico administrativa de la propiedad privada . En la maqueta buscamos reflejar la intimidad y la privacidad que se ve en espacios privados .
IMÁGENES DE REFERENCIA



IMAGENES DE LA MAQUETA



MATERIALES
Cartón paja
cartulina
silicona
aerosoles
MAQUETA ESPACIOS PÚBLICOS
El paisaje urbano se origina como consecuencia de la relación del hombre con su cultura en un ambiente natural dado , y es percibido como la manifestación de valores comunes a un grupo humano dentro de una concepción temporal y espacial que involucra forma y funciona.
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